miércoles, 5 de enero de 2011

El Secreto, la ley de la atracción. Más quisiéramos...



El Secreto, o The Secret, es un libro escrito por Rhonda Byrne, guionista y productora de televisión australiana. Además de la publicación de dicho libro, la valiente protagonista se lanzó al mundo de los documentales, vendiendo casi dos millones de DVD´s. Se preguntarán los lectores por qué ha cosechado tanto éxito, y es gracias a una nueva corriente filosófica, surgida a mediados del siglo XIX en Estados Unidos. Conocida como la "Ciencia Mental" y más tarde como «Nuevo Pensamiento», su mensaje central sugiere que "los pensamientos de cada persona dan origen a sus experiencias, a su visión del mundo e incluso a su éxito o desgracia."

Reconozco que tengo su obra, en concreto su libro, pero no es culpa mía, fue mi padre el que lo compró. Insistió en que lo leyera y, cómo no, no rechacé la propuesta. Fue tentador. Al principio me sorprendió la carátula. Un diseño espeluznantemente currado (cosa que me pareció raro), tras pasar las páginas entendí que no sólo la carátula, sino que cada hoja estaba hecha con tanto esmero que me daba náuseas sostener el libro. (Olía a pseudociencia a quilómetros)

El libro se lee rápido, es fácil de entender y tiene una clara intención de llegar al público más crédulo e ignorante. Pues bien, todo iba bien hasta que leí lo siguiente:

¡El Secreto es la ley de la atracción! Todo lo que llega a tu vida es porque tú lo has atraído, Y lo has atraído por las imágenes que tienes en tu mente. Es lo que piensas. Todo lo que pienses lo atraes. Esa fugaz revelación me llegó a través de un libro centenario que me regaló mi hija Hayley.[...] No podía creer que tanta gente lo conociera [...] Eran algunos de los personajes más grandes de la humanidad: Platón, Shakespeare, Newton, Victor Hugo, Beethoven, Lincoln, Emerson, Edison, Einstein.

En estos instantes intenté mantener la calma y controlar mis ganas de reír por no ofender a mi padre. Reconocía esas técnicas sucias para darle rigor al texto, como añadir nombres de personajes importantes de la humanidad, o añadir que la información o el conocimiento se obtuvo o ya se poseía desde tiempos inmemoriales, hace siglos, incluso milenios. Pero tras leer un poco más, me encontré con algo que parecía desafiar toda lógica, era como un puñetazo en la entrepierna para todo físico:

El sorprendente trabajo y los descubrimientos de los físicos cuánticos en los últimos ocho años nos han proporcionado un mayor conocimiento del insondable poder que tiene la mente humana para crear.

Basta con fijarse un poco para darse cuenta de que la física cuántica no está relacionada con la mente. Es más, es imposible aplicar la física cuántica a situaciones cotidianas, ya que es necesario aislar los átomos y las partículas para poder apreciar esos efectos tan extraños de indeterminación que prometen las teorías cuánticas. Y claro, si aisláramos los átomos de nuestro cerebro, además de morir en el acto, no podríamos volver a recomponerlo.

Es impresionante el descaro con el que se hace uso de conceptos que no se entienden, o no  se quieren entender, sólo por adornar un poco con palabras como "quantum" (cuántico), holograma, magnético, frecuencia, electrolitos, o energía, que suenan muy bien y le dan el rigor que le falta a un artículo pseudocientífico. Y ya que estamos, se cita a grandes genios como Einstein, Pitágoras, Aristóteles, Newton, Shakespeare... que en ocasiones no tienen nada que ver, sólo para intentar darle un toque de autoridad al producto. De todas formas, no importa las opiniones de Einstein o de Pitágoras, lo que importa son los hechos y mientras no  se demuestre la «ley de la atracción» lo menos que se puede hacer es dejar de vender esos productos.

Según mi opinión, no hace falta inventarse toda una ley para entender que cuando uno está dispuesto a conseguir un objetivo, aunque sea de forma inconsciente, realiza su actividad diaria de forma que la orienta hacia ese objetivo y es muy probable que lo consiga. (Me siento como Stephen Hawking demostrando que no hace falta apelar a Dios para entender el Universo) Supongo que nuestra protagonista, Rhonda, ya lo sabe, y lo único que ha hecho es lucrarse.

Un argumento a favor de la ley de la atracción es que el cerebro emite ondas a una cierta frecuencia y por tanto estas ondas se pueden usar para atraer sucesos. En parte esto es correcto, las neuronas a causa de las señales eléctricas crean un campo magnético alrededor del cerebro, pero es tan débil que ni si quiera consigue pornernos los pelos del cabello de punta. Lo de atraer sucesos ya ni hablar...

En fin, no hay motivo para seguir: podría, perfectamente, seguir citando textos y textos, cada uno más alocado que el anterior, pero basta con atacar la débil raíz de esta pseudociencia como para hacer tambalear sus pilares. El resto se lo dejo a ustedes.

Por último, añadiría que el libro se vuelve harto repetitivo. Hasta el documental se puede volver repetitivo, a pesar de tener animaciones y numerosas "celebridades" de la metafísica y la filosofía vomitando comentarios sobre la ley de la atracción, incluso podría llegar a parecer un lavado de cerebro. Quizá por eso tenga tanto éxito...

Nota: En ninguna hoja del libro se da una demostración clara, concisa y científicamente testada de que lo prometido por El Secreto es verdad. Por tanto, eso es un punto en contra que reafirma su condición de pseudociencia.

lunes, 3 de enero de 2011

lunes, 20 de diciembre de 2010

Trabajo escolar de investigación contra el avance de las pseudociencias.

Hacía mucho que no actualizaba con una entrada. Intentaré reanudar y optimizar la producción durante estas fechas vacacionales.

Como motivo del Día Mundial del Escepticismo y Contra el Avance de las Pseudociencias (20 de diciembre) os invito a que echéis un ojo al trabajo que intento llevar a cabo de la forma más profesional posible, procurando estar a la altura de un gran divulgador como lo fue Carl Sagan en su tiempo. Por desgracia para mi, hay una gran diferencia entre sus exquisitos libros y mis chapuzas.

lunes, 13 de septiembre de 2010

La Tierra es redonda.



Las únicas herramientas de Eratóstenes
fueron palos, ojos, pies y cerebros,
y además, el gusto por la experimentación
Carl Sagan, Cosmos



No cabe duda de que la Tierra es redonda. Es ya un hecho para casi todo ser humano. En cambio, hace unos pocos miles de años, era algo "impensable". Sólo unos pocos eruditos fueron capaces de ver más allá. Aquéllos que no se contentaban con la simple observación, que puede llevar a conclusiones de dudosa veracidad.

Hace mucho tiempo, cuando aún la gente pensaba que la Tierra era una superficie plana, los ciudadanos no conocían la experimentación. Sólo la observación, de la cual se deducía que la tierra era plana. Ahora ocurre lo contrario, y no sé qué es peor. Mucha gente confía en que la Tierra es redonda, ya sea porque tienen fe en la ciencia, o porque es algo tan obvio que no merece la menor atención. ¡Ni mucho menos! ¿Qué ocurriría si viajáramos en el tiempo 2.500 años? Posiblemente nos tildarían de locos por nuestras ideas. ¿Qué haríamos, entonces, para convencer a la humanidad de que la Tierra es redonda? La única forma posible es mediante la experimentación. Y estoy seguro de que mucha gente ignora por qué sabemos que la Tierra es redonda.

A continuación, hablaré de las múltiples formas de demostrar que la Tierra es redonda, sin moverte del planeta, sólo con la ayuda de palos, ojos, pies y cerebros, además del gusto por la experimentación.

Un barco alejándose.

No está mal como comienzo, una muy simple demostración, de la curvatura de la Tierra. El barco al alejarse por alta mar, visto desde la costa, va desapareciendo desde el casco, hasta el velamen, como si descendiera por una colina.

Eclipse de Luna.

Durante un eclipse lunar, la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna -como vemos en la imagen-, impidiendo que los rayos del sol incidan directamente en la Luna, y provocando un oscurecimiento de esta. Cuando la   Luna toma, y deja de tomar contacto con la sombra terrestre, se puede distinguir el contorno circular del planeta Tierra encima de la superfície lunar.

Sombra terrestre circular proyectada en la Luna durante un eclipse lunar.
Como una reflexión: ¿Que la tierra fuera plana, no sería un capricho de la naturaleza un poco absurdo, en comparación con el resto de planetas o cuerpos celestes esféricos?

Eratóstenes Pentathlos.

Eratóstenes, de Cirene, fué un matemático, astrónomo, y geógrafo griego. Estudió en alejandría, donde con ingenio logró, no solo demostrar experimentalmente que la Tierra es redonda, sino que además pudo medir su circunferencia. Bien se merece una entrada solo para él. Pero vamos a lo que nos interesa.

Si clavamos sobre un papel dos palillos de dientes de igual longitud alejados el uno del otro, y los dejamos al sol sin doblar la hoja, los palillos proyectarán la misma sombra, sin embargo, al doblar la hoja lo suficiente, ambos proyectarán sombras diferentes. Un experimento similar realizó Eratóstenes para demostrar que la Tierra es redonda. 

Eratóstenes sabía que en un día de solsticio de verano, en Siena (la actual Asuán, Egipto), los objetos no proyectaban sombra alguna. Y en el mismo día midió la sombra que proyectaba un objeto en Alejandría. Además, cuenta la gente, ordenó a un hombre contar los pasos que hay desde Alejandría hasta Siena. Ideó un método trigonométrico, que usaba los datos anteriores, y algunos datos más, para así poder medir la circunferencia de la Tierra.


Estimó la circunferéncia de la Tierra en unos 39.000 km, una muy buena aproximación al número real, que es 40.000 km aproximadamente.


Efecto Coriolis.


Descrito en 1836 por el científico francés Gaspard-Gustave Coriolis, es el efecto que se observa en un sistema de referencia en rotación cuando un objeto se encuentra en movimiento respecto de dicho sistema de referencia.


Como ejemplo: el péndulo de foucault.




León Foucault ideó un péndulo esférico para demostrar el efecto Coriolis, la rotación de la Tierra, y por supuesto, que la Tierra es redonda.


En este caso, el sistema de referencia es la Tierra, y el objeto en movimiento es el péndulo, que oscila durante muchas horas. Si pudiéramos ver el péndulo desde un observatorio fuera de la Tierra, veríamos el péndulo oscilar en una misma dirección, por ejemplo, de izquierda a derecha. Pero un observador en la Tierra vería cómo el péndulo cambia poco a poco de dirección hasta dar una vuelta completa, ya que en realidad, el observador en la tierra estaría rotando con la misma Tierra. Así queda demostrado que la Tierra rota.

Es evidente que si Foucault hubiera vivido toda su vida en el Ecuador, su experimento no habría funcionado, ya que en el Ecuador el sistema de referéncia, es decir, la Tierra, no rota respecto del objeto en movimiento. En cambio, en los Polos Norte y Sud, la rotación del sistema de referéncia, es decir, de la Tierra, es máxima, y el momento angular, casi nulo. El péndulo tarda 24 horas en dar una vuelta. De ello se deduce que la Tierra tarda 24 horas en rotar completamente sobre su eje.


Como dato curioso: si disparamos una bala imaginaria desde el ecuador, en dirección al norte, estaríamos confiriendo a la bala una fuerza hacia adelante y una fuerza extra hacia el este (por la rotación de la tierra). A más latitud, menos momento angular, y la bala se desviará hacia el este. Es otro caso de efecto Coriolis. Lo mismo ocurre con los vientos o corrientes oceánicos.


Conclusión.


Hay múltiples formas de refutar la idea de la Tierra plana, ya sea mediante preguntas que la ponen en duda, frases que destacan sus incongruencias, o los mismos experimentos que he mentado anteriormente.


Me atrevería a decir que es más grave el no saber por qué sabemos que la Tierra es redonda, a pesar de estar en lo cierto, que fiarse simplemente de la observación y creer que es plana. ¡Así que ya estás tardando en recomendar esta entrada! :P